Joyas (77) Lo inefable (Delmira Agustini)
Lo inefable
Yo muero extrañamente... No me mata la Vida.
No me mata la Muerte, no me mata el Amor;
muero de un pensamiento mudo como una herida...
¿No habéis sentido nunca el extraño dolor
de un pensamiento inmenso que se arraiga en la vida,
devorando alma y carne, y no alcanza a la flor?
¿Nunca llevasteis dentro una estrella dormida
que os abrasaba enteros y no daba un fulgor?...
¡Cumbre de los Martirios!... ¡Llevar eternamente,
desgarradora y árida, la trágica simiente
clavada en las entrañas como un ardiente feroz!...
¡Pero arrancarla un día en una flor que abriera
milagrosa, inviolable!... ¡Ah, más grande no fuera
tener entre las manos la cabeza de Dios!
(Es un poema que no deja de leerse con un cierto escalofrío, si se tiene en cuenta el
contenido de los primeros versos, en los que parece la autora presentir su propia muerte,
cincuenta y tres días más tarde de haberlo escrito, asesinada por su marido antes de que se
cumpliera el año desde la boda).
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