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Mostrando entradas de agosto, 2022

Joyas (40) Alma desnuda (Alfonsina Storni)

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             Alma desnuda   Soy un alma desnuda en estos versos, alma desnuda que angustiada y sola va dejando sus pétalos dispersos.   Alma que puede ser una amapola, que puede ser un lirio, una violeta, un peñasco, una selva y una ola.   Alma que como el viento vaga inquieta y ruge cuando está sobre los mares, y duerme dulcemente en una grieta.   Alma que adora sobre sus altares, dioses que no se bajan a cegarla; alma que no conoce valladares.   Alma que fuera fácil dominarla con sólo un corazón que se partiera para en su sangre cálida regarla.   Alma que cuando está en la primavera dice al invierno que demora: vuelve, caiga tu nieve sobre la pradera.   Alma que cuando nieva se disuelve en tristezas, clamando por las rosas con que la primavera nos envuelve.   Alma que a ratos suelta mariposas a campo abierto, sin fijar distancia, y les dice: libad sobre las cosas.   Alma que ha de morir de una fragancia de un suspiro, de un verso en qu

La misma piedra

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     La misma piedra Somos los únicos seres capaces de tropezar dos veces con la misma piedra. Dos, doscientas o mil, en la misma piedra, una y otra vez. Nada sabemos de los que lo fueron todo. Egipto, Troya, Nazca, mayas, China antigua, Angkor. De nada han servido oradores o escribas. Hemos roto a conciencia la cadena de testigos. Una y otra vez siempre partiendo de cero. Especulamos intenciones, aventuramos sentidos de templos, pirámides, papiros, oscuros grabados y círculos, como hijos perplejos de un impasible Stonehenge. Todo por nuestra egolatría, para ganar más egos aún y subir así peldaños necesarios de tanta ignorancia y confusión, como constructores esclavos de una eterna torre de Babel. ¿Qué te hace pensar que esta vez sí, que estas obras del presente tendrán más suerte en el futuro? La experiencia del abuelo no suele ser del gusto de los nietos. Casi siempre sus batallas han enmudecido en un rincón. El virus de la desmemoria b

Hace tiempo

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         Hace tiempo Hace tiempo había tiempo, montones de mucho tiempo y un gran mundo bien repleto de espacios por explorar. Por entonces se agolpaban a decenas los proyectos, invitaciones de vida que tenían que hacer cola. Tiempo al tiempo, te decían. Es más urgente pensar. Todo llegará a su hora. Hace tiempo estaba a tiempo de abrir alas y volar. “ Calma, despacio, no corras, no ha llegado aún el día, queda demasiado tiempo de sobra, para gastar”. Pero las luces del día se apagan. Creo que ahora ha llegado justo el momento de adelantarme, por fin, al final, apurar ansioso el vaso de vida, leer en tus ojos mis notas de poesía, componer el poema que nunca escribí, soñar tu risa en la nueva melodía, darte un beso que te hable siempre de mí.