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Mostrando entradas de julio, 2021

Ekecheiría (tregua en competición olímpica)

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                                                                                                  Ekecheiría       La calima curvaba los edificios de Olimpia. El espartano Casandro se acercó con sus rivales al templo. Un juez le tomaría juramento sobre su proceder en el dólico, la carrera de resistencia.     Sólo faltaba concluir la ceremonia: el saludo entre corredores de las distintas polis. Durante los meses de "ekecheiría", la tregua olímpica, se habían entrenado juntos. También con el representante ateniense, en absoluto silencio. Recordaba bien su rostro, en Segesta, a pesar del casco, sobre la cercana borda del barco enemigo. -Que Niké me sonría -le dijo Casandro al ateniense mientras estrechaban los brazos-. -No. Que te dé el segundo puesto y la corona de olivo sea para mí.                                                                                Luciano Maldonado                                                                                     (Gijón, 2017)

Ojalá (sobre liberación de Cervantes)

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                                                                                                    Ojalá     Fray Juan Gil y su ayudante, versado en lenguas, hicieron respetuosa reverencia ante Azán Bajá, el gobernador de Argel. Éste alzó y abrió sus manos: la invitación a los trinitarios para que hablasen.     -Permítame, vuestra merced -comenzó nervioso Fray Juan-, que le muestre los quinientos escudos de oro, valor del rescate de su siervo, Miguel de Cervantes. Ojalá sea el buen fin del trato pactado.     -Estaba decidido a no respetarlo; especialmente, después de los cuatro intentos de fuga de este hombre. Pero habéis dicho "ojalá". Es curioso que mantengáis nuestro wa sa llâh , "y quiera Alá". Eso lo cambia todo.     Luciano Maldonado           (Gijón, 2017)  

Rutina

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                                                                                                 Rutina Acostarse muy tarde, sin sueño alguno. Levantarse bien temprano, aún sin sueño. Buscar la sal del salario, hoy de nuevo. Volver a casa, ya agotado tu turno. Ver caer la lluvia, llorando desde el cielo. Sentir huir la tarde, y saberse inseguro. Cenar viendo la tele: menú de trucos. Leer y no atender, siempre el mismo cuento. Cerrar por fin los ojos, sin ver futuro. ¿Sin futuro?... Juro que he de ser tu dueño. Ganaré, rebelde, un último pulso.                                                  Luciano Maldonado                                                     (Gijón, 2021)                                                                                      

Joyas (17) Canción del pirata (José de Espronceda)

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             Canción del pirata     Con diez cañones por banda, viento en popa, a toda vela, no corta el mar, sino vuela un velero bergantín: bajel pirata que llaman por su bravura el Temido , en todo el mar conocido del uno al otro confín.   La luna en el mar rïela, en la lona gime el viento, y alza en blando movimiento olas de plata y azul; y ve el capitán pirata, cantando alegre en la popa, Asia a un lado, a otro Europa, y allá a su frente Estambul.   «Navega, velero mío, sin temor, que ni enemigo navío, ni tormenta, ni bonanza tu rumbo a torcer alcanza, ni a sujetar tu valor.   »Veinte presas hemos hecho a despecho del inglés, y han rendido sus pendones cien naciones a mis pies.   »Que es mi barco mi tesoro, que es mi Dios la libertad, mi ley, la fuerza y el viento, mi única patria la mar.   »Allá muevan feroz guerra ciegos reyes por un palmo más de tierra, que yo aquí tengo por mío cuanto abarca el mar bravío, a quien nadie impuso leyes.