Joyas (36) Fragmento de la Égloga I (Garcilaso de la Vega)


         Fragmento de la Egloga I                                                            

(Lamento de Nemoroso por la muerte de Elisa)

 

Corrientes aguas puras, cristalinas,

árboles que os estáis mirando en ellas,

verde prado de fresca sombra lleno,

aves que aquí sembráis vuestras querellas,

hiedra que por los árboles caminas,

torciendo el paso por su verde seno:

yo me vi tan ajeno

del grave mal que siento

que de puro contento

con vuestra soledad me recreaba,

donde con dulse sueño reposaba

o con el pensamiento discurría

por donde no hallaba

sino memorias llenas d'alegría; 

 

y en este mismo valle, donde agora

me entristezco y me canso en el reposo,

estuve ya contento y descansado.

¡Oh bien caduco, vano y presuroso!

Acuérdome, durmiendo aquí algún hora,

que, despertando, a Elisa vi a mi lado.

¡Oh miserable hado!

¡Oh tela delicada,

antes de tiempo dada

a los agudos filos de la muerte!

Más convenible fuera aquesta suerte

a los cansados años de mi vida,

qu'es más que'l hierro fuerte,

pues no la ha quebrantado tu partida.

 

¿Dó están agora aquellos claros ojos

que llevaban tras sí, como colgada,

mi alma, doquier que ellos se volvían?

¿Dó está la blanca mano delicada,

llena de vencimientos y despojos

que de mí mis sentidos l'ofrecían?

Lo cabellos que vían

con gran desprecio al oro

como a menor tesoro

¡adódnde están, adónde el blanco pecho?

¿Dó la columna que'l dorado techo

con proporción graciosa sostenía?

Aquesto todo agora ya s'encierra,

por desventura mía,

en la escura, desierta y dura tierra.

 

                     Garcilaso de la Vega 

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