Auxilio


                                                                                               Auxilio

Veranos de niñez.

Más sol, arena y olas.

Juego a ser pez en la espuma de tu orilla

y soy dueño del tesoro de cien conchas.

Veleros piratas, en la lejanía,

cambian el rumbo, miedosos, a las proas:

mi fortaleza nunca será vencida.

Me envuelvo en la bandera azul de tus ondas

y hago míos los susurros de tu brisa,

que eleva en vertical risa de gaviotas.


Amor de juventud.

Música desde el puerto.

Los marineros engalanan las barcas

y hacen, de sus cánticos, un bello rezo.

Meces a la patrona sobre tus aguas

que nos acercan a los pies un recuerdo:

besos de flores caídas de guirnaldas.

La misma luz que espejea en mil destellos

dora dos cuerpos fundidos en la playa,

un deseo de eternizar el momento.


Es ya consumación.

Se acaba el postrer acto.

Ahora sueño que me arrastra la marea,

el impulso al horizonte de tu mano;

veo flotando, poco antes, una botella

y el mensaje de auxilio que me has mandado:

"Huyo de islas de plástico: mar muerta."

Si lloro sobre tu atormentado manto,

es porque, como tú, no me quedan fuerzas,

tanta suciedad, sin fin, me causa espanto.


                                             Luciano Maldonado

                                                   (Gijón, 2018)

 

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