Sólo él
Sólo él
(el yo enamorado)
Todos los otros yo confusos
que me han precedido y suplantado,
todos los que invoco
desde la soledad del hoy,
están y los siento aquí,
frente a este yo que se lanza
desnudamente lúcido
a la verdad de la noche.
Sólo un alto en el camino
para juzgarlos ahora, en silencio,
aun muy consciente, en la vorágine,
de que es inútil trampa al tiempo:
seguirá su curso veloz, inexorable.
Supe de guerras muy pronto,
de posturas irreconciliables;
los que se precian de honestos
y tachan al resto de cobardes.
Nunca marqué la baraja:
los truhanes me provocan desprecio.
Quise así descartar naipes
que se atrincheran en tierra o cielo
formando impuros, cerrados clanes.
Transmutado en mil no vidas,
fugitivo de recuerdos frágiles,
soy experto en los vacíos,
he trazado huellas en el aire.
Entre ruindades deambulo.
Fluyen ante mí las vanidades,
formas sin fondo, sólo humo,
caretas de falsas realidades.
Y no sé en qué último cruce,
sin rumbo fijo, errado el paso,
montaron en rebelión
los pocos yo fieles que quedaron:
utópicos, escépticos, prácticos...
No me abandones, pasión.
Da sentido al ser enamorado.
Por ti se mantiene en pie.
Por ti sueña que no ha sido en vano.
Luciano Maldonado
(Gijón, 2013)
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