Reino de ingenios: A un hombre de gran nariz (Francisco Quevedo)
A un hombre de gran nariz
Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una alquitara medio viva,
érase un peje espada mal barbado;
era un reloj de sol mal encarado,
érase un elefante boca arriba,
érase una nariz sayón y escriba,
un Ovidio Nasón mal narigado.
Érase el espolón de una galera,
érase una pirámide de Egipto,
las doce tribus de narices era;
érase un naricísimo infinito,
frisón archinariz, caratulera, (1)
sabañón garrafal, morado y frito.
Francisco de Quevedo
(1) Existe otra versión manuscrita del propio Quevedo sobre este soneto en que cambia los dos versos finales:
"muchísimo nariz, nariz tan fiera
que en la cara de Anás fuera delito."
Ambas versiones, en mi opinión, de todo un genio.
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