Gran elixir
Gran elixir
En aquella tranquila comarca vinícola, la calma se rompió de repente una noche cuando se encontraron entre los toneles de su bodega el cuerpo sin vida de Ricardo, uno de los bodegueros más prestigiosos de la región. No era muy mayor y de sus antecedentes médicos no podía deducirse un final así. Todo ayudaba a pensar que no había sido una muerte natural, pero habría que esperar al resultado de los forenses. De momento, la policía local estaba desconcertada; si de verdad se trataba de un crimen, no había pistas de quién y cómo lo había cometido.
Las tres de la madrugada. Desesperados, precintaron el local y llamaron a don Alejandro, un experto en vinos con habilidad especial para detectar detalles que otros pasaban por alto. Nada más llegar a la bodega, este particular detective observó varias botellas sobre un barril, pero sólo una abierta. Olió el contenido y frunció el ceño. A su alrededor estaban expectantes, acompañando cada gesto del maestro con su propia cata mental.
—Este aroma… es inusual; y no lo digo porque parezca algo picado. No, no parece ser eso. Desde luego, pertenece a un vino que sólo es elaborado por una persona en toda la comarca —sentenció el enólogo, mientras en su mente surgía la imagen de otro antiguo enólogo rival: Manuel, propietario de una pequeña bodega bastante cercana.
La policía se presentó muy pronto en la casa de Manuel. Se encontraba en un estado de nerviosismo evidente. No parecía haber dormido mucho. Ante lo evidente, enseguida confesó que sí, que había regalado una botella a Ricardo recientemente, un “Gran elixir” de su última cosecha; de hecho, lo había etiquetado con tal nombre pretencioso. Aunque negó cualquier implicación en su muerte, la cual lamentaba.
A don Alejandro, sin embargo, no le convenció del todo. Decidido a investigar a fondo, descubrió que el fallecido acababa de cerrar un sustancioso contrato con el ministerio, el cual perjudicaría a varios productores locales. Especialmente, a Manuel. Tres días más tarde, los restos del veneno que se encontraron en la botella lo corroboraron.
Luciano Maldonado
(Gijón - 2025)
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