Joyas (56) Noche serena (Fray Luis de León)
Noche serena Cuando contemplo el cielo de innumerables luces adornado, y miro hacia el suelo, de noche rodeado, en sueño y en olvido sepultado, el amor y la pena despiertan en mi pecho un ansia ardiente; despiden larga vena los ojos hechos fuente; la lengua dice al fin con voz doliente: «Morada de grandeza, templo de claridad y de hermosura: mi alma que a tu alteza nació, ¿qué desventura la tiene en esta cárcel, baja, oscura? «¿Qué mortal desatino de la verdad aleja ansí el sentido, que de tu bien divino olvidado, perdido, sigue la vana sombra, el bien fingido? «El hombre está entregado al sueño, de su suerte no cuidando, y con paso callado el cielo, vueltas dando, las horas del vivir le va hurtando. «¡Ay!, despertad, mortales! Mirad con atención en vuestro daño. ¿Las almas inmortales, hechas a bien tamaño, podrán vivir de sombra y sólo engaño? «¡Ay!, levantad los ojos a aquella celestial eterna esfera: burlaréis los antojos de aquesta lisonjera vida, con cuanto teme y