Gran elixir
Gran elixir En aquella tranquila comarca vinícola, la calma se rompió de repente una noche cuando se encontraron entre los toneles de su bodega el cuerpo sin vida de Ricardo, uno de los bodegueros más prestigiosos de la región. No era muy mayor y de sus antecedentes médicos no podía deducirse un final así. Todo ayudaba a pensar que no había sido una muerte natural, pero habría que esperar al resultado de los forenses. De momento, la policía local estaba desconcertada; si de verdad se trataba de un crimen, no había pistas de quién y cómo lo había cometido. Las tres de la madrugada. Desesperados, precintaron el local y llamaron a don Alejandro, un experto en vinos con habilidad especial para detectar detalles que otros pasaban por alto. Nada más llegar a la bodega, este particular detective observó varias botellas sobre un barril, pero sólo una abierta. Olió el contenido y frunció el ceño. A su alrededor estaban expectantes, ...